miércoles, 21 de diciembre de 2011
Beijo roubado*
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Etiquetas: qué
martes, 22 de noviembre de 2011
Babel III
Me contó mi hermana en medio del viaje que Euge se había enterado de algo feo. Las distancias no importan cuando ese algo hace triste a la persona, a un amigo.
De repente mi viaje de 15 días pareció un viaje más extenso. La gente me extrañó un poco, los más cercanos bastante. Y me lo demostraron de distintos modos cotidianos que me llenaron de alegría. Otras personas en cambio me extrañan ahora y desde hace tiempo porque me fui de sus vidas hace un rato, mucho antes de mi viaje.
La mala noticia de Euge no fue la única, hubo otras y pensando en eso mientras estaba en Luxemburgo me sentí cerca, quise abrazar a mis amigas y cantar y bailar ridículamente esa canción que más o menos dio inicio a este post para que no se sienta tan mal, para que pase el mal momento con risas y silencios... para estar ahí con ellas, todas juntas. Porque en realidad quería que estuvieran todas ahí conmigo aunque sea un día paseando en las callecitas estrechas, hablando en nuestro idioma. En castellano pero en nuestro queridísimo chivilcoyano, usando nuestras propias e "inventadas" palabras, nuestras frases. Riéndonos.
Dice la canción que... "un final puede ser un comienzo". Y lo es! quiero gritarlo porque ciertamente lo es. A veces es duro, es inesperado y no nos gusta y nos volvemos caprichosos porque queremos que todo siga igual porque es cómodo y es fácil. Pero no, un final es un cambio y los cambios son siempre positivos.

Hizo falta que me fuera un tiempito para encontrar el disfrute en las cosas simples que me ofrece "todo el tiempo" el lugar en el que vivo y saber que cada instante es único y que es uno mismo quien le da el significado correspondiente a cada oportunidad y saber que no se repite, que nada es igual que aunque es lunes cada seis días ningún lunes es igual al siguiente. Disfrutar un recorrido en colectivo, los rostros de la calle, la música que te ofrece en random el reproductor de mp3, una lectura, el sol en la cara, lo diferente. Es inmejorable.
Cuando escribo escucho música, esta vez en mi repertorio musical, apareció "Amsterdam" de Coldplay y dejó en mis oídos... "And time* is on your side, it's on your side now".
Me fui de Amsterdam y todas las demás ciudades, traje conmigo el recuerdo de todo lo que me ofrecieron y la promesa de todo lo que va a venir, de las futuras ocasiones.
Time (tiempo en inglés): el tiempo es un período, es una época, es una ocasión, es la duración de las cosas, el tiempo es dinero diría mi amiga mamamono.
Para mí, el tiempo existe solo en nuestros pensamientos, a veces cuando nos acordamos de que nuestra existencia es finita.
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lunes, 14 de noviembre de 2011
Babel II
Mi único destino predeterminado en Europa fue Amsterdam mis expectativas eran bajas; era mi obligación estar ahí una semana y por eso elegí pasar los siguientes días en otras ciudades. Lo que me ocurrió fue que al ser la primera ciudad europea en la que viví, me enamoré de ella. De cada una de sus partes, de la lluvia. Me enamoré del idioma inentendible, del frío, del agua. ¡Qué lindo y placentero es cuando algo te sorprende y te llena de una sensación tan difícil de describir!
Porque si hay algo que disfruto son las sorpresas y en el viaje no paré de sorprenderme.
Desde hace más de un año, en mi vida hubo finales y comienzos casi continuamente, los reconozco ahora a la distancia. Finales hablados y sin hablar; comienzos esperados otros imperceptibles. Mi viaje a Europa tuvo un comienzo y un final pero no puedo determinar el comienzo.
¿Fue el 16 de octubre cuando me subí al avión? o ¿fue en julio cuando me enteré que iba a viajar?
¿Y el final? ¿terminó mi viaje cuando volví a Buenos Aires?
El viaje comenzó y terminó, duró un tiempo que me permitió ver de otro modo tantas cosas, todas las cosas. Y eso significa que lo que empezó después del paseo recién se inicia y sigo andando. Sigo en eso.
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martes, 8 de noviembre de 2011
Babel I
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miércoles, 24 de agosto de 2011
Objetivos cumplidos: 1 y 1/2 de 2
Nos sentamos en una de las mesas de la estación de servicio; antes fui al baño y pensé en espiarte si me iba del lugar y te dejaba solo con el café en la mano. Pero entré y me senté, amenazada por el frío... porque no tenía un plan mejor.
Hacía 45 minutos me habías mirado y habías caminado al lado mío y habías vuelto y te habías acercado y habías "pisado" un enérgico HOLA con un ¿VAMOS A TOMAR UN CAFE?
Caminamos varias cuadras y nos subimos a un auto apestado de olor a cigarillo. Estaba inmóvil y nunca saqué las manos de los bolsillos. Vos hablabas con el chofer, me aburrías, no me acuerdo lo que hablamos en el camino. Pero recuerdo oírte decir: "si no tuvieras frío también me bardearías tanto como lo estás haciendo ahora?"
Fui incisiva en cada uno de los pocos comentarios que hice y sentí estar subiendo una escalera que no conducía a ningún lugar* pero lo hacía mucho más rápido que los demás, que vos.
Hacía 15 minutos me habías empezado a preguntar y a contar. Tantas veces te pedí tomar un café y charlar (pienso mi risa a los gritos: "imbécil, ahora ya es tarde. Ahora me aburrís"). Me contabas que estabas cansado; yo te ví abatido. Me contabas cosas que ya sabía, vos solamente me las confirmabas. Ya sé que todavía no terminaste la facultad, que estás recursando y que no te querés dedicar a tu carrera; ví tus uñas sucias, tus manos gastadas. Ya sé de la quinta, de tus amigos, del viaje en tren, de tu viaje al Sur, de tu vida en La Plata. Ví la misma ropa de siempre, siempre manchada y las arrugas de tu cara.
No te veía desde hacía un año y medio sin embargo, lo supe siempre.
Volví del baño para sentarme -no me sorprendió tener que pagar parte del café- y nos quedamos sentados ahí un poco menos de una hora. Me molestó tomar el café en un vaso de cartón.
Estabas estúpidamente contento de hablarme, me lo decías en cada expresión de tu cara, en el tono de tu voz, en la risa exagerada por algún comentario que se me escapaba de los mismos que hice al comienzo de la caminata, siempre afiladas palabras que me protegieron. Estabas nervioso y volcabas el café. Te escuché atentamente mientras de vez en cuando calculaba cuánto tiempo más iba a tener que estar sentada ahí. Teníamos para hablar temas y tiempo y vos querías quedarte pero yo no, así que a cada comentario -no lo suficientemente arriesgado- para que yo te hablara, preguntara o explicara por qué hacía tanto tiempo que no nos veíamos ni hablábamos simplemente lo dejaba pasar.
De repente me levanté de la silla y me vi parada al lado de la mesa. No te había anunciado que quería irme así que lo hice poniéndome el saco y sonriendo, ahora vos estabas inmóvil. Dos o tres minutos después entendiste que de verdad me iba y decidiste acompañarme.
En las cuatro cuadras de camino a mi casa, solo hablamos del frío. Me detuve en la entrada y esperaste hasta último momento para que te invitara a entrar pero no lo hice y en cambio me paré a una distancia capaz de indicar que ya estaba del "otro lado*" y que ni vos ni yo íbamos a cruzar esa línea imaginaria para entrar o salir de algún lugar. (**lugar significa otro momento y también hace referencia a otra oportunidad, ocasión... Para mí significó todo eso y por tal motivo es que establecí el límite y aguardé... para qué explicar) No entendías. De todos modos lo intentaste y te estiraste y me besaste en los labios. No me molestó el beso pero volviste a besarme y puse la mejilla una vez, la otra mejilla una segunda vez. No entendías. Me miraste y me preguntaste "¿no me vas a besar?". Te dije que no. Y me preguntaste por qué. Te dije la verdad. "Porque no quiero". Y no te detuviste en el breve pero vergonzoso momento y me dijiste que querías dormir conmigo, que por qué no dormiamos juntos y un montón de frases reiterativas. No me reí nunca, no había chiste para compartir.
Quise ser breve y sin explicar, se me cayó de la boca un auténtico "porque no". Pusiste las manos en los bolsillos y cerré la reja. Caminaste por la vereda y por la calle balbucendo palabras que no intenté escuchar y quedaron ahí, en el aire.
Nunca me dijiste Vicky, nunca te dije Pepo.
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Etiquetas: hippie amor
jueves, 28 de julio de 2011
je suis l'espace où je suis*
Mamamono acusó de subnick en su MSN "londoneando" desde mayo o junio de 2010 -por momentos con más frecuencia- e incluso cinco o seis meses después, cuando aterrizó en la ciudad inglesa, luego de y antes de continuar respirando el aire europeo. Hace poco -si mal no recuerdo- lo vi otra vez debajo de su nombre, el "londoneando" tan lindo y musical. Y me alegré, me alegra.
Mamamono no empezó su viaje a Europa en noviembre cuando llegó a Ezeiza y un par de horas después se subió al avión y comenzó a volar por el aire con destino al viejo continente. No. Ella empezó a viajar incluso antes de sentenciar "londoneando" en el chat. Antes de comprar su pasajes y de reservar los hoteles. Me atrevo a decir que empezó a viajar hace años; que por un momento cuando fue niña, viajó incluso por otros lugares pero detuvo su viaje y guardó su fantasía durante un par de años y fue adulta y empezó a londonear, le puso nombre a su deseo y aun sin saber cómo luciría "realmente" ese sitio; esas calles, las veredas, la gente, el aire, los perros, la comida, el espacio, sin tener la certeza de cómo luciría ella allí fue libre e inventó circunstanciales de modo y de lugar para avalar la idea de su viaje cuando se hizo más concreto, más cercano, más real. Más cierto.
certeza s. f. Conocimiento seguro y claro que se tiene de una cosa. Certidumbre.
Las certezas entonces, las tenía todas pero ¿qué había de seguro en todo eso? nada, solo su imaginación.
Feliz cumpleaños! Por muchos otros viajes... en avión, en cole, en auto, en mente.
*Yo soy el espacio donde estoy
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Etiquetas: qué
martes, 26 de julio de 2011
Jugo de Naranja. Parte 3 (final)
encapsulado por Vicky en 11:37 0 marcianos dijeron
Etiquetas: fragmentos de guión
lunes, 18 de julio de 2011
2da Parte de "Jugo de Naranja"
La primera parte, aquí.
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Etiquetas: fragmentos de guión, Lo que veo y oigo
martes, 5 de julio de 2011
Las amigas de Nora
Para Gabriela y Guillermina.
El último jueves de junio no hubo sol en todo el día y a la noche el frío traspasaba -atrevido- cualquier ropa que cubriese el cuerpo; se sintió en la cara y en las manos pero no lo suficiente como para detener el tiempo nocturno que todavía quedaba en Buenos Aires.
El jueves. Los jueves son días de curso de fotografía y este último jueves cumplimos con la asistencia, no así con las fotos; sin embargo de una charla que comenzó en un taxi se hizo una conversación que no terminó sino hasta que cada una se durmió en su cama porque imagino y estoy casi segura que aun después de hablar tanto todavía existía en la cabeza de cada una de nosotras la risa, las fotos, el tango, el frío, la carcajada, el vino, el té con leche y las palabras.
Y todo generado por una visita, que nos llenó de energía positiva, de casualidades, de deseos y calma.
Casi casi nos hicimos amigas de Nora, mejores amigas. Casi que si se lo hubiesemos propuesto se sumaba con nosotras para comer en el bar Musetta, pero no hizo falta, la llevamos con nosotras en el pensamiento, cada una se llevó un poco de ella, cada una se sintió la Nora divertida que fotografió el último disco de Divididos, la Nora groupie que seguía a Illya Kuryaki en cada show y disparaba sobre sus ídolos, la Nora que está orgullosa de no saber utilizar tres flashes en las producciones que hace... esa la que nos habló de igual a igual.
Las fotografías no llevan paréntesis, no se relatan, no se explican. Se hacen pero también se llenan de "cosas". Esta fotografía que ahora transito no necesita explicación ni epígrafe, se llena de momentos, buenos momentos como este.
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viernes, 1 de julio de 2011
sin-vergüenzas
Hace tiempo que no pienso en el sexo como algo placentero, como algo deslumbrante, como algo sorpresivo, como algo apasionado.
Hace tiempo que pienso el que por qué no disfruto ni disfrutan de mí, del sexo de una joven de veintisiete años. Con la piel tersa, suave sin estrías, con el pelo revoltoso y la respiración suave. Del abdomen, del cuello, la nuca, las muñecas.
Hace tiempo que pienso en el sexo del pasado.
Y me detengo -siempre pensé y lo sigo pensando que el sexo es mental y físico, que es todo lo contrario a lo solemne y romántico que puede ser un abrazo, un beso, una caricia u otros detalles- y repentinamente recuerdo una escena que me llenó de una pena que no recordaba desde ese mismo instante en el que la viví.
Cómo lloré la última vez que me acosté con Pepo, lloré con un llanto desconsolado mientras estaba acostada en la cama y él me besaba. Lloré tan breve pero tan profundo que casi logro que me quiera; lo sentí en su abrazo preocupado, casi casi en su primera y única demostración de cariño.
encapsulado por Vicky en 18:01 0 marcianos dijeron
Etiquetas: da para más, hippie amor
martes, 28 de junio de 2011
Jugo de Naranja
encapsulado por Vicky en 23:06 0 marcianos dijeron
Etiquetas: fragmentos de guión, Lo que veo y oigo
martes, 14 de junio de 2011
Chocolate amargo belga
¿Si hago fotos como las de Nan Goldin? No. estoy segura que no, pero al menos por un momento me sentí un poco identificada con ella.
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Etiquetas: la conversación que nunca voy a tener con Cristobalito, qué
miércoles, 8 de junio de 2011
María Victoria reloaded*

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lunes, 6 de junio de 2011
No soy yo es Vicky (II)
Si fuera dentista y tuviera la posibilidad de elegir a quién atender, seguro que a una paciente como yo no lo elegiría aunque fuese el último del mundo entero. Porque como paciente odontológica soy la hinchapelotez en persona. Y lo compruebo porque ¡tengo dos dentistas! y a los dos les hincho las bolas en dosis iguales pero por cosas bien distintas, cada vez que me atienden les hago saber que la anestesia no me gusta, que no puedo ponerme los elásticos en los brakets, que si usan mucha anestesia me molesta tener la cara dormida durante días, semanas y meses y que ando haciendo morisquetas en el colectivo para darme cuenta si tengo una parálisis facial, los jodo con los turnos. Un turno a la mañana luego lo cancelo, quiero otro día y ellos no pueden, arreglamos para un sábado, en fin... soy la peor.
Este sábado no me atendió mi dentista Lucas, al final me avisó que no podía y mentalmente le llovieron unas cuantas puteadas pero aproveché y a la tarde fui a comprar medias... volví a ser la peor pero un poco más feliz.
La verdad es que tengo que confesar que no me cuesta elegir la ropa que me voy a poner cada día, tampoco qué comer en el almuerzo o la cena, no tengo problemas de indecisión a la hora de elegir restaurantes, lugares para pasear... pero a veces voy al super y vuelvo a casa con 8 latas de atún, todas distintas; diferente marca, trozado, desmenuzado, en aceite, al agua... 8 latas de atún, una botella de agua mineral, pan y alguna otra cosita de limpieza tal vez. Vicky: "¿Y los otros ingredientes para armar alguna tarta o empanadas o algo para usar los casi 350 kilogramos de atún que compraste? ah no, las latas las compré para tenerlas, para usarlas "después" y porque además había una oferta genial de unas latitas mini que podes llevar al laburo para hacerte una ensalda". Ok, pensé mal. Creí que solo era una cuestión con el atún. ¿Será indecisión?
Pero el sábado me antojé de un par de medias gruesas esas que tienen algún dibujo para usar con vestidito o pollera y ahí comprobé que había tantas y tan lindas y que no iba a poder decidirme por un único par. Solo necesitaba uno para salir a la noche con mis amigas, que combinara con la remera con la pollerita de jean y con las botas. Fui a cinco casas de lencería y terminé comprándome 4 pares de medias. Chocolate, rojo, morado y gris. Lo más gracioso es que no usé ninguna de las que me compré, cambié todo mi vestuario en un segundo. Ah y jamás llevé ni una de las minilatitas que tan adorables me parecieron para hacerme un almuerzo en la oficina porque lo cierto es que jamás me haría una ensalada de almuerzo (menos con este frío) excepto si es como acompañamiento de algo.
Vuelvo a preguntar, Vicky: "¿Será indecisión?".
PD: (lean mis etiquetas y tal vez me entiendan)
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Etiquetas: qué, tengo problemitas, Victoria
miércoles, 1 de junio de 2011
fusilli funghi
Pero enseguida supe que ya había sido las dos en otro momento.
Cuando volví a mi posición de testigo, quise borrar de la cabeza de la chica la frase: "no te pongas mal", quise animarla; decirle que si tenía ganas de insultarlo que lo hiciera aunque ella parecía tener más ganas de decirle que la abrazara. Creo que sentía un poco de verguenza, creo que quería que él se diera cuenta de lo que ella pensaba.
Quise decirle que sonriera, que no se enojara. Que hiciera un chiste, que lo besara. Pero no lo hice. Cómo saber si todas esas recomendaciones podían funcionar para que no se sintiera tan mal.
Espolvorear queso parmesano y listo.
No existen las recetas para que las cosas salgan bien, más sabrosas al menos.
Me quedo con que lo importante es lograr ponerle nuestro "condimento" a todo aquello que pensamos y hacemos para que resulte algo disfrutable, placentero como la comida; no quedarnos con las ganas de probar nuevos sabores, no quedarnos con pensamientos atragantados, con lágrimas a mitad de camino. No dejar de hacer algo por temor a incomodar al otro; que mientras se haga con amor, siempre va a ser delicioso.
¡Espero que les guste y buen provecho!
encapsulado por Vicky en 10:41 1 marcianos dijeron
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