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martes, 29 de diciembre de 2009

Mis deseos...

Estas son las cosas que hice y que no hice en el año 2009:

- Continué con terapia y terminé con la misma.
- Cambié de laburo y entendí que el trabajo que hago no es poca cosa... vale.
- Hice nuevos amigos y compañeros, conocí gente.
- Dejé de escribir pero seguí leyendo.

- Tomé clases de capoeira pero no logré hacer el puente como me había propuesto.
- Me lastimé la muñeca.
- Dejé de editar la película pero sin olvidar eso, lo pienso.
- Disfruto aun más Buenos Aires y añoro más Chivilcoy aunque ya no viaje tanto allá.
- Entendí que es mi amigo pero aun lo quiero mucho.
- Conocí dos boludos de los que no me arrepiento pero que espero no volver a conocer.
- Intenté dar ánimos a Sofi y lo hice y no sé si lo logré pero al menos entendimos, ambas, que estamos cuando nos necesitamos, siempre.
- Me gané un hermano y un sobrino postizos a quienes adoro.
- Terminé la facu y recibí el título de licenciada.
- Dejé de contar, de intentar contar el tiempo y mantenerlo como en pequeñas cápsulas. Dejé de contar para que opinen...
- Me desprendí de cosas y de personas, me liberé.
- Volví a hablar con él.
- Viajé a Río y celebré con buena gente la noche más maravillosa de Año Nuevo.

-Celebré mis 26 años con mi familia y mis amigos, esperé con ansiedad el 6 de diciembre para empezar a vivir esta edad. Adoré mis 25 años porque viví todas estas cosas pero quiero más...


Quiero...

- Volver a hablar en portugués.
- Que mis amigos y mi familia vivan buenos momentos y se llenen de alegría y recuerdos hermosos.
- Ser feliz.

*Sin expectativas en exceso, quiero que este año me sorprenda...

Feliz año viejo y Feliz año nuevo

lunes, 19 de enero de 2009

"Las Siete Llaves del Sol Violeta"

Este es uno de los últimos guiones que escribí... y es uno de mis favoritos, no puedo publicarlo entero, tampoco quiero en realidad pero me gustaría compartir una de las escenas que más disfruto leer.

Esc. 6

Ext – Casa/Ventana – Día

María camina descalza, apoya sus pies en la madera y arrastra por el camino una bata abrigada. Lleva en su mano una taza grande de la que sale vapor. Se acerca con paso rápido hasta la puerta de entrada y se detiene.
Afuera el día es claro, las paredes de la casa son oscuras y tienen nieve acumulada en los rincones. El vidrio de la ventana amplio, limpio.
La puerta de madera se abre y María sale, se detiene en la entrada, mira hacia los costados. Detrás de la casa, hay nieve, todo es blanco y los árboles altos tienen nieve en sus ramas delgadas.
María bebe de su taza y respira profundamente. Las mangas de la bata largas, la ropa enorme y su cabello suelto. María cierra la puerta, se aleja y camina hasta una mesa de madera antigua, enorme, inmóvil en el medio de la sala. Deja sobre la misma la taza y retira la silla, mientras abre su computadora. Mira hacia la ventana y camina en puntas de pie hasta la puerta. Se detiene a acomodar un relicario solitario, en medio de un mueble alto. Abre la puerta lentamente y asoma su cabeza, mira hacia ambos lados y da un paso hasta quedar parada en la entrada. Se abriga con su bata, se cubre el cuello y mira hacia un costado, pensativa.
Unos labios violetas por el frío se apoyan en su mejilla blanca y le dan un beso. María sonríe, feliz.
La pantalla de la computadora es blanca y sobre la misma se dibujan letras estrechas en color negro. Los dedos de María se mueven rítmicamente, sus uñas pintadas de negro se estampan en las teclas y manchan segundo a segundo cada letra. Las frases una tras otra, están escritas en inglés e invaden la pantalla sucesivamente.
Suena una melodía tranquila, el piano como único instrumento.

María Off
Caminé por la avenida, la irregularidad de la vereda rota hizo que me detuviera antes de llegar a la esquina, pude sentir en los pies las puntas sobresalidas de la baldosa. Miré hacia arriba y vi el sol. Una mujer estaba parada cerca del semáforo. Con sus brazos al costado de su cuerpo, se estiraba para besar a un hombre en los labios. Unos segundos después se separaron. No vi el rostro de la mujer, ella enseguida cruzó la calle Larrea y caminó feliz por la avenida, con el beso aún en sus labios.
Dos de la tarde, la mujer atravesó el humo de un camión y los insultos entre un peatón vestido de traje y un automovilista joven, yo la seguí y pensé que pasaría el resto de su día sintiendo a ese hombre que no se volvió a verla antes de caminar. Me detuve en el dos mil ciento doce, Buenos Aires no es Barcelona, no es Liverpool, ni Munich; porque es bella y tonta a la vez y así la conocí y así la amo también…
Con rapidez, los dedos de María continúan moviéndose sobre el teclado.

jueves, 8 de enero de 2009

¿el verano me hace pensar de más?

Camino por San Telmo ahora, cambié mi recorrido diario en las calles de Palermo por las angostas veredas del viejo barrio "humeante". Hoy el cielo está así, gris.
Hace calor como si el infierno estuviera encima de la ciudad.
Es 23 de diciembre, viajé en colectivo por casi cincuenta minutos desde mi casa, cercana a la avenida Córdoba, hasta la calle de mi prócer favorito, Bolívar.
Que hermosos dibujos vi mientras estaba esperando llegar. Enseguida pensé que me gustaría tener un "don", una característica que me haga especial. Pienso en los dibujos, recuerdo la voz de la joven que escuché cantar hace un momento y me imagino a mi hermana bailando. Cómo me gustaría tener un don. Escribo pero no es suficiente...
Cuando todo "entra" por los ojos, todo es imagen y sonido; movimiento, colores. Yo escribo para que eso se traslade de mi imaginación hacia la imaginación de los demás, a través de mis palabras pero hoy en día la gente no lee tanto; leer lleva tiempo, un esfuerzo mayor que mirar y escuchar; un proceso de pensamiento y reflexión que no todos están dispuestos a llevar a cabo.