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miércoles, 1 de junio de 2011

fusilli funghi

El sábado a la noche fui a cenar a un restaurante de Palermo, me enamoré fugazmente de un hombre de camisa a cuadros que cenaba con su novia y como la primera vez que visité el lugar de comidas, me enamoré toda la noche del chico que te da la bienvenida al lugar.

Sin embargo, dado que el hombre ya tenía chica y el recepcionista le sonreía a todos y no solo a mí, me dediqué a observar a una pareja.

No me anamoré de ellos instantánemente, no fue amor a primera vista, no me dio el tiempo ni siquiera para sentir cariño, aprecio. Esta vez no sentí celos, no.

La receta de los fusilli es así: 1) Lo primero que se debe hacer es poner a hervir bastante agua con un poco de sal en una olla, echar la pasta, dejar que hierva nuevamente y cocinar los fusilli 9 minutos o hasta que estén al dente.
Para una chica que no sabe mucho de cocina porque vive sola y cocina lo más fácil. Menú para uno. Tiene hambre y quiere ensuciar lo menos posible; queda clarísimo que no va a amasar la pasta, va a la pastería más cercana y compra los tallarines que le parecen más ricos y que le recomienda el señor que la atiende. 
Los de al lado, no comieron pasta ni carne, no tomaron vino ni gaseosa. Se pasearon entre la gente, y bebieron en la barra y después volvieron y cada uno se sentó frente al otro, al lado de la ventana; entre mi mesa y la de la pareja de los besos en la mano. Esta última llegó, el hombre (el de camisa a cuadros del que me enamoré brevemente) se adelantó y le abrió la puerta a su novia, se acerco a la recepción y preguntó por su reserva, ambos esperaron en la barra mientras charlaron animadamente. Ella sentada en la única banqueta que quedaba libre, él parado a su lado.
Entonces la receta de los fusilli es así:
1)Primero limpiamos, troceamos y escurrimos los champignones. Picamos finamente los ajos. En una sartén, ponemos a fundir la mantequilla y tres cucharadas de aceite. Cuando esté caliente echamos los ajos y salteamos unos minutos. Luego agregamos los hongos, un poco de queso parmesano y removemos bien.
Las dos parejitas treintañeras se sentaron a la mesa, no sé qué comieron los de los besos en la mano, asumo que pastas y bebieron vino, estoy segura que sí.
Los que caminaron entre las mesas, compartieron una sola porción de algo, desde mi lugar se vio escaso. El se sirvió en el plato, ella comió desde la fuente. Pienso que él comió más que ella mientras charlaban y alternaban sorbos de un líquido amarillento con miradas cercanas, nunca besos.
De repente el tenía la mano de ella tomada con sus dos manos. Parecía que la apretaba, los dedos; el brazo de ella vestido y estirado en toda la mesa. 
La otra pareja, la de los besos en la mano ya no estaba. Los vi charlar un par de veces con la camarera. Incluso ella se incorporó para saludar a unas chicas que estaban en el lugar. Solo quedaban las copas y la botella. 
2)Cuando los champiñones están sofritos agregar el vino y dejar que se evapore un poco. Apagar y agregar la crema y el yogourt y sazonar con la nuez, sal y pimienta.
Cerré los ojos un momento justo cuando mi hermana hizo una foto mía junto a mi mamá y cuando los abrí, vi cómo con violencia la chica se soltó de la mano de él. Le dolió más a ella y escuché: - "No te pongas mal". Ella tiró la campera y la bufanda de él sobre la mesa y se le deformó la cara. Se abrigó y se quedó inmóvil mientras sus ojos se ponían cada vez más vidriosos. 
2)Mientras tanto, en otra sartén con tres cucharadas de aceite, acitrona el resto del ajo y la cebolla, agrega los hongos,las hierbas, el vinagre y salpimenta.
La pareja de los besos en la mano, no había desaparecido. Estaba haciendo sociales en un rincón del jardín del restaurante. Hacía frío pero ellos no lo sentían, yo tuve que cruzar el jardín para ir al baño y desorientadísima, me metí en la cocina. Ellos solos, a los besos, con amigas que charlaban y se reían, ellos solos sin música, sin comida, sin vino, sin aire. Solos. 
Volví y me senté, la pareja que no hablaba estaba todavía ahí, inmóviles los dos. 

Primero quise ser la otra, la que el novio no se cansaba de besarle la mano. Quise reírme como ella, que él me mirara solamente a mí. Al mismo tiempo quise ser la otra, la inmóvil.
Pero enseguida supe que ya había sido las dos en otro momento.
Cuando volví a mi posición de testigo, quise borrar de la cabeza de la chica la frase: "no te pongas mal", quise animarla; decirle que si tenía ganas de insultarlo que lo hiciera aunque ella parecía tener más ganas de decirle que la abrazara. Creo que sentía un poco de verguenza, creo que quería que él se diera cuenta de lo que ella pensaba.
Quise decirle que sonriera, que no se enojara. Que hiciera un chiste, que lo besara. Pero no lo hice. Cómo saber si todas esas recomendaciones podían funcionar para que no se sintiera tan mal.

3)Servir con queso encima, rallado en hebras gruesas, un toque de aceite de oliva y listo.
La pareja de los besos se quedó ahí.
3)Revolver muy bien la mezcla y sacar la pasta sin escurrir ni enfriar ponerla en un platon con la salsa. 
Espolvorear queso parmesano y listo.
Los otros se fueron, se levantaron al mismo tiempo los dos. Ella juntó sus cosas y salió por el camino más corto y más despejado. El caminó con pasos irregulares, se detuvo y parado debajo de una arcada vio que ella ya casi estaba en la puerta de salida y no la siguió, atravesó una puerta, pasó entre las mesas.
No existen las recetas para que las cosas salgan bien, más sabrosas al menos. 
Me quedo con que lo importante es lograr ponerle nuestro "condimento" a todo aquello que pensamos y hacemos para que resulte algo disfrutable, placentero como la comida; no quedarnos con las ganas de probar nuevos sabores, no quedarnos con pensamientos atragantados, con lágrimas a mitad de camino. No dejar de hacer algo por temor a incomodar al otro; que mientras se haga con amor, siempre va a ser delicioso.


¡Espero que les guste y buen provecho!

1 marcianos dijeron:

chuchu dijo...

me cuesta mucho concentrarme en el post, en lo que decís porque no puedo dejar de pensar en una película donde la protagonista hace exactamente lo mismo: Julie & Julia, que podría decirte hoy que no me gustó pero la vi entera y me generaba ternura.
Creo que después de un tiempo todo se convierte en una receta de la que sólo saben los ingredientes los dos que la fueron improvisando, eso es lindo, eso es único.