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domingo, 26 de diciembre de 2010

Editame la vida "plis"

¿Cómo escribir lo que viví en NYC? ¿Cómo lo cuento, cómo lo describo? 

Cuando lo cierto es que todavía estoy ahí, parada en la puerta del edificio que fue mi casa durante esos días o sientiendo el frío otoñal en mi cara que me dejó impresas las ganas -aunque no me guste la estación-  de vivir un invierno neoyorkino.

Hoy estoy aburrida, son las 12:46 AM y no puedo dormir porque pienso que este estado es un indicio de que mis próximos dos meses van a transcurrir del mismo modo. 
No tengo ganas de escribir, ni de leer y a veces no tengo ganas de pensar pero no puedo evitarlo y lo hago y la mayoría de las veces mis pensamientos son recientes recuerdos de una ciudad que amé desde el primer minuto en el que bajé del avión porque así como anuncié en anteriores posteos, en New York me sentí parte de la ciudad.

Escribo, me lo pidieron y aunque no quiera, lo hago. No puedo no contar lo que fue estar allá, hacer mi viaje.
Estoy sentada con la netbook que me traje de la Gran Manzana, el calor hizo que durmiera una siesta y ahora no tengo sueño. Hablo con algunas personas y escucho musica. Veo algo que no quiero ver y mi mente -aunque esta cansada- no para de armar locas historias tan solo con leer un nombre, aun asì me rehuso a borrar algunas fotos.
Es tan vacío mi relato y al mismo tiempo lo siento tan solemne. Me habla un amigo, no le respondo porque aunque no quiera, a veces no puedo contra mi moral y me jode lo que hace entonces para no responderle mal, directamente no le contesto pero es tarde, pensé esto después de haberlo mandado al carajo.  

Entonces me habla alguien que me gusta y solo ese simple detalle me pone contenta. El me gusta pero es muy cómodo y eso me aburre. No quiero hablar a través de una computadora y a tantos metros de distancia, quiero verlo, que me enseñe a usar la cámara de fotos nueva y que me bese. Nada más.

"New York es cinematográfico..." así inicio mi monólogo cuando me preguntan por la experiencia. A veces cambio el orden del relato y acomodo a mi antojo las cosas que me gusta contar y destacar pero el comienzo siempre es el mismo. Y continúo: "te sentís parte de una película, un personaje más..." y es así, NYC es solitaria, la gente que vive allá esta sola y no se sienta a tomar el café. Lo llaman "take away", se bebe mientras se camina o se lo toma sentado frente a un escritorio. En mi caso, mi asiento fue un banco frente a una hermosa fuente luminosa de agua danzarina que adorna una de las tantas plazas que hay en la ciudad, en este caso fue en el escenario del Lincoln Center, lugar lindo si los hay. 

Pero de repente... ¡Que  pintorescos, reales y cotidianos se vuelven algunos rincones con solo caminar una cuadra, doblar en una esquina y sumergirse en "Little Italy". Fantasié y elegí un departamento bohemio en esa zona, exactamente en la 6ta avenida y calle Prince. Y me imeginé ahí, compartiendo charlas y comidas con amigos y con amor.
Cómo me alegró fotografiar una antigua panadería ubicada en la calle Spring, porque primero la encontré en una postal que compre en el Central Park y paseando mientras conversaba y tomaba un chocolate caliente con una de mis amigas me detuve un instante y fue como si ese lugar hubiera cobrado vida solo para mí. 

Que año de encuentros el mío.
Encontré lugares, me encontré casualmente personas, también momentos y revelaciones. De algunos, de los que pude tomé fotografías, otros estan archivados y de a momentos los uso para refrescar mi memoria, para reflexionar también pero nunca para quedarme en el pasado; prefiero rehacer recuerdos con nuevas memorias; de todas maneras  "todo eso" me hizo feliz porque me encontré a mi misma y me reconocí.

Qué puedo decir, a New York voy a volver probablemente, cuando sienta que no puedo pasar un momento más sin recorrer la 5ta Avenida, perderme en el Central Park, caminar por las calles desiertas de Harlem, viajar en tren y atravesar Brooklyn, ver desde cualquier vereda del barrio chino las ventanas de los departamentos que se agrupan, históricos, uno al lado del otro e intentar espiar e imaginarme una película entera con sus protagonistas, sus antagonistas, sus escenarios, sus conflictos y resoluciones; es que a veces es tan importante y tanto más satisfactorio ponerse en el lugar de testigo, de espectador. Descentrarse, correrse a un costado y analizar lo que sucede. Probablemente la reflexión sea mucho más fiel y fructífera. 

Que la vida es como el juego del cubo mágico, que difícil es que todas las piezas del mismo color queden agrupadas a cada lado. Lo valioso es arriesgarse, ser valiente y lograr que ese orden estricto se rompa y cada lado quede pintado de varios colores. Porque como dice John Lennon: "la vida es lo que te sucede mientras estás ocupadO haciendo otros planes". 
Por tal motivo deseo que los colores de mi vida siempre esten mezclados, no por caos o por desorden sino por el disfrute de que la vida me sorprenda día a día con hechos, emociones... con vida.




feLiZ 2011.