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viernes, 3 de febrero de 2012

BABEL

¿Por qué Babel? y por qué en tres partes y ahora un nuevo fragmento de lo que intenta ser una explicación de lo que me sucede, de lo que pienso, de lo que viví, del futuro.

Alguien me dijo que si el 31 de diciembre después de las 12 de la noche das una vuelta a la manzana con un bolsito en la mano aungurás un año de viajes. Lo hice, entre cohetes, rompeportones y chasquibums de la mano de mi hermana con una carterita en el brazo, copa y tacos. A la semana siguiente me enteré que me iba a laburar a Río de Janeiro. Es creer o reventar. 
Una compañera me recomendó hacer una lista de deseos desde el día de mi cumpleaños y hasta veinte días después de la fecha para leerla al año siguiente y comprobar y comparar con todo lo que haya sucedido en el transcurso de los meses hasta el día del nuevo año de vida. La hice y la dejé ahí, en la última hojita de alguno de todos los anotadores que tengo en mi escritorio.Veremos. Si se cumple puede que para fin de año esté casada ;)
Cumplí 28 años. Mentí cientos de veces desde ese día hasta hoy. La mentira que más me molesta es ésta. Dije que iba a publicar este post antes de que termine el año y no lo hice. Tengo cientos de excusas para justificarme pero la verdadera es la que duele y no la quiero compartir.
Aquí estoy, esto es un pastiche, quiero poner en palabras lo que "sucede", como dije más arriba. Quiero contar porqué Babel.
Dice mi querido google al respecto... que los hombres se propusieron edificar una ciudad y una torre para llegar al cielo y conseguir perpetuarse en el tiempo. Pero Dios pensó que era una obra demasiado pretensiosa por ser la primera; perfecta y peligrosa y decidió bajar y dispersar por la Tierra y confundir las lenguas de estos hombres que ya estaban en plena construcción. ¿Qué quería Dios? Que los hombres se esfuercen en lograr todo lo que se propongan incluso en esto de comunicarse y entenderse unos con otros.
Durante los últimos meses del 2011 pensé que estaba ahí en la torre de Babel justo unos segundos después de que -imagino- se convierta todo en un caos. Me sentí hablando sin comunicar, sin entender. Hablando un mismo idioma, sin escuchar. La lengua, las mismas palabras pero imposibilitada de transmitir de relacionarse. De compartir.

Por eso escribí Babel I que fue la manifestación de la incomunicación. El mejor ejemplo. Un viaje -el hombre que se dispersa en la Tierra- los años de separación. La incomunicación por la distancia y -cara a cara- años después la imposibilidad de transmitir y de relacionarse, intacta.
Cuando comencé a escribir este blog con otro nombre y otras intenciones era mi objetivo, eso por lo que tenía que esforzarme y lo que me alentaba a escribir Lucas. Quería lograr volver a verlo y más aun no olvidarme de él. Logré mantener sus recuerdos y acordarme de él de vez en cuando, con cariño. Y si lo traigo ahora al presente es porque justo antes de fin de año recibí un mail en el que me avisaba su regreso a Buenos Aires, iba a ser un viaje breve y lo fue pero alcanzaba para vernos y tomar un café. El escribió en otra lengua: "tengo maravillosos recuerdos tuyos" (sí, míos. Nuestros)
Pero tuve que elegir y me fui de Buenos Aires todo el tiempo que Lucas estuvo aquí, para reencontrar a otra persona fui a buscar a Gabi el de 5 años, pero ya no estaba ahí o era muy joven todavía...
Babel II y Babel III  son más felices son también resumen de lenguas, una viaje en un tiempo determinado por horas y días pero que en mi propio tiempo es infinito. Empezó y todavía no termina, día a día lo recreo, lo recuerdo, no lo olvido.


Para mí Babel es el fin. Fue el final de la utopía de unos cuantos hombres que querían alcanzar la perfección de la existencia y ser inmortales, infinitos.
Para mí Babel fue darme cuenta lo difícil que es comunicarse y que la dificultad no está en las diferentes lenguas, si no en cada persona. Tal vez por incapacidad, tal vez por timidez o por desgano, a la gente nos cuesta comunicarnos. Por eso me propuse el ejercicio de comunicar y el desafío cotidiano de hacerlo sin palabras.

Cuando hablo trato de mirar a los ojos, mucho más si me hablan entonces escucho con los ojos también. Me río y comparto la risa. Si digo "hola", "gracias", "chau" que no sea al aire y si abrazo que sea con intención; un refugio el cuerpo del otro, es compartir. Uno no puede abrazarse solo...
que en el abrazo se mide el afecto me dijeron hace unos días y es así.