Las fotografías no llevan paréntesis

Hola, llegué de mi clase de fotografía y la verdad es que no terminé de mostrar mis fotos y me fui porque no soy valiente ni tan *anarquista (como para hacer eso de levantarme e irme). Ah, ya sé, tampoco me fui porque después vimos fotos de Henri Cartier Bresson y a mi me gustan mucho sus fotos porque son así como las de Robert Doisneau, vos sabés. - Ni un segundo más ni un segundo menos, si no la foto sería otra -.

Para esta tarea elegí Chivilcoy, elegí fotografiar algunas partes de mi ciudad y mi casa allá. (Tal vez no tendría que estar escribiendo esto, mucho menos enviártelo y menos que menos decierte lo siguiente; que todo lo que me dijo el profesor sobre mis fotos me enojó y por eso le cuestioné todas y cada una  cada una de sus frases y que no me sentí ni mejor ni peor, ni avergonzada ni atrevida; me sentí disconforme, incapaz de aceptar eso que me estaba diciendo: ... "abusas de lo pintoresco... (...) es distante, no es cotidiando. No te reprensenta..."
Cómo me gustaría que vieras las fotos que saqué, no por ser buenas ni por malas, o para evaluarlas, no. Solo por el gusto, por darme el gusto de... )

Ahora tengo que recorrer la ciudad y el leitmotiv es: "El instante decisivo"

-me reprime, me estropea, me anula, me desilusiona-

un poco porque sé que fotografiar es un ejercicio individual pero todavía no me acostumbro (de hecho, las fotos que tomé en Chivilcoy las hice en familia).

Será cuestión de aceptarlo, de aceptar cosas, de aceptar que no soy una buena fotógrafa, de aceptarme así; distante. De aceptarte así... de lejos.

(Porque es con vos con la única persona con quien puedo hablar de fotografía y disfrutarlo (por eso te cuento esto, es la única excusa que le encuentro a este correo. Te regalo mi relato.))

*ni lo suficientemente inteligente como para impresionarte.