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viernes, 26 de febrero de 2010

Contame un cuento...

Cuando era chica le pedía a mi mamá que me contara un cuento de vez en cuando. Recuerdo dos historias: una sobre un conejo y otra sobre la llegada de los Reyes Magos.
Con paciencia relataba brevemente cada una de ellas, yo escuchaba con atención y si acaso cambiaba algún dato por mínimo que éste fuera, se lo hacía saber y le exigía que lo contara como lo había hecho originalmente. 

Detalles de colores, orden de la historia, personajes y diálogos. Era como un juego, me divertía, pero al mismo tiempo si mi mamá no hacía los cambios correspondientes al relato, me enojaba un poco y no la dejaba continuar a menos que volviera en la historia para corregir el error. 
Como si esa chiquita de menos de cinco años ya hubiese sabido que de adulta quería contar historias ya sea a través del cine, la fotografía, los guiones o un blog.

Por eso ahora me toca a mí, contar algunas historias propias o ajenas, casi siempre son más de las primeras que de las segundas. También disfruto de escuchar historias. Ya no tanto de conejitos o Reyes Magos, historias de amor en su mayoría...

Me gusta decir que mi historia con Pepo empezó antes de que los dos nacieramos porque por esas cosas de la vida, mi papá estudió la misma carrera que su mamá y fueron compañeros de estudio durante un tiempo hasta que a su mamá, los militares la obligaron a volver a su ciudad y dejar su casi finalizada carrera de medicina. 
En la secundaria, una de mis amigas estaba "enamorada" de él pero nunca pasó nada entre ellos, yo fui testigo de ese enamoramiento y la escuchaba suspirar cada vez que lo veía. 
Años después me enteré que para ese entonces él ya me conocía, le preguntaba por mí a su tía que era mi profesora de inglés.
A los veinte años finalmente nos dijimos hola. Me acuerdo que se presntó: "yo soy Sebastián, ¿vos cómo te llamás?"  Ambos fingimos no saber nuestros nombres. Yo le dije: "Soy Victoria, tu nombre es musical Sebastián, me gusta". Y él se rió no sé bien porqué, se rió fuerte como siempre, como si fuese Papá Noel.
Nos hicimos amigos, de esos que miran pelis y desayunan juntos. Conocí otras personas y dejé de recordarlo pero no me olvidé de él, todavía no lo hago.
A los veinticuatro me dijo que lo hacía feliz, así de repente me desayuné esas palabras. Tuve que entenderlas y desecharlas casi al mismo tiempo junto con mis ilusiones y mi amor que había resurgido de la nada. Porque ni bien me dijo eso, se desdijo y tuve que tragarme el dolor que me causó no solo que me dijera que no quería estar más conmigo sino que no le importara lastimarme como si yo hubiese sido para él una chica sin historia. Así que dejé de hablarle y cada vez que me lo cruzaba lo ignoraba por completo.
Ayer,volví a escuchar esas palabras a las que les temía, esas: "estoy confundido, no sé por qué no me sale hacer más cosas con vos, no le veo futuro a esta relación, no quiero hacerte sufrir, etc." 
No lo puedo creer, sí me hace sufrir eso es inevitable. No me explico cómo puede hacerme tanto daño, a veces pienso "no solo no me quiere, además me odia". 
Es más sencillo que me diga que no me quiere, preferiría eso a que me diga que no sabe porque me está mintiendo, sí sabe lo que le pasa. Es simple: no me quiere.
Tenía escrito este post por la mitad, pensaba darle otro final pero de repente pasó esto y aunque suene a mentira, no me lo esperaba.
Ahora tengo miedo de que está historia realmente no tenga fin, de que pasen seis meses o un año y vuelva a creer que el amor se puede cambiar. Creer que es posible cambiar los sentimientos de una persona.
Tengo que entender eso  que parece tan sencillo de hacer pero que es tan difícil... 

Quiero quedarme con el Pepo de cuando ambos teníamos veinte años porque la relación que tuvimos en ese momento era impoluta, sincera y no me dolía tanto...

5 marcianos dijeron:

Lucía dijo...

Hay recuerdos que a veces, queremos inmovilizar.

Saluditos.

agustín dijo...

nunca conocí a una mujer a la que no le gustaran los pijamas. en qué dormís?

me copa la historia de pepo.

Vicky dijo...

Hola Lucía, recuerdos y otras cosas también, a veces quiero inmovilizarme.

Saludos! Gracias por pasar.

Agus: son feos los pijamas, no soporto tanta ropa.
Y duermo con lo que encuentro, si hace mucho calor con casi nada.
Gracias! pronto habrá actualización de la historia.

Me gusta tu blog, lo estuve leyendo estos días.

Saludos!!

Anonimo dijo...

no te creo que le dijiste lo de musical. vos vicky ya sabes lo que tenes que hacer, que no quieras hacerlo porque es sufrir y es crecer y es dejar de mamemguear un rato, es otra cosa. Lo tuyo con pepo tiene una solución solo que vos sos la que la tiene que tomar. beso te quiero

Vicky dijo...

Anónimo: por favor definime "mamemguear". Es andar con mamertos??
Gracias por tu opinión... de todas maneras uno siempre hace lo q siente o al menos lo q cree que siente, después con 26 años me haré cargo de las consecuencias...